El pasado 2 de junio, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México anunció que había congelado cerca de 2.000 cuentas bancarias vinculadas al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El impacto de esta operación era difícil de estimar, pues el bloqueo de cuentas bancarias ligadas a actividades criminales no es raro en México.
El operativo, llamado “Agave Azul”, constaría de a investigación a 1.770 individuos y 167 firmas como parte de un complejo entramado montado para blanquear las ganancias criminales del CJNG mediante firmas de papel que se hacían pasar por tequileras.
De acuerdo con Insight Crime, la UIF reportó transacciones nacionales por valor de unos US$666 millones, transferencias internacionales por un monto de US$330 millones y US$137 millones en transacciones dudosas en efectivo realizadas en dólares estadounidenses.
El CJNG y su brazo financiero, conocido como Los Cuinis, han sido dueños de por lo menos una productora de tequila. En 2015, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó en su lista a Onze Black, compañía tequilera de Jalisco, por presuntos vínculos con el CJNG.
De acuerdo con el análisis del citado medio, “la UIF ha develado la que puede ser de lejos la mayor estructura de lavado de dinero descubierta hasta la fecha que usa marcas de tequila. Se espera que esto genere un mayor escrutinio a largo plazo por parte de las autoridades mexicanas y estadounidenses”.
“Pero dada la manera como los grupos criminales mexicanos han cooptado la mayoría de las exportaciones del país, desde aguacates hasta automotores, esto podría no ser suficiente”, detalló dicho medio.
